Lo tenemos que confesar: cuando entramos en un laboratorio de la universidad, los ojos nos hacen chiribitas. Y más cuando es para conocer más de un proyecto en el que colaboramos y que nos parece tan interesante como el Proyecto Moira.
Hemos ido a la Facultad de Ciencias del Mar de la ULPGC a entrevistar a José Juan Castro Hernández, Doctor en Ciencias del Mar y responsable de este proyecto que está financiado por la Fundación Biodiversidad.
La definición oficial del Proyecto Moira es «Modelización de las pesquerías recreativa y artesanal desarrolladas en los espacios de la Red Natura 2000 en Gran Canaria: gestión participativa y evolución ante escenarios climáticos futuros». Pero hemos querido profundizar un poco más en su contenido con Castro Hernández. Tal y como nos cuenta: «Moira intenta dibujar el futuro de la pesquería en Gran Canaria, en función de las estrategias que diseñemos de aquí al año 2030. También estudia la influencia del cambio climático en este sector y en las especies afectadas».
En Moira se trata de establecer estrategias de gestión, tales como aumentar o reducir el esfuerzo pesquero, o establecer o no zonas de reserva o de protección, por poner algunos ejemplos.
Para ello se utiliza una metodología basada en un modelo de ecosistemas, al que se le añade la información aportada por los pescadores, tanto de pesca tradicional como recreativa. De esta forma se puede presentar la situación del fondo marino en función de la pesca y su proyección en el tiempo.
En el proyecto se parte de una base de información propia del Gobierno de Canarias, que aporta la actividad pesquera oficial de registros de captura y esfuerzo. A esta capa de datos oficiales, se le añaden los aportados en las entrevistas con pescadores: cuándo pescan, especies de interés, propuestas para gestionar la pesca de forma más sostenible, etc… «De esta forma, obtenemos información exacta que colocamos en un contexto científico, que nos permite proyectarla hacia el futuro en un entorno más realista», añade Castro.
Con estos datos recopilados, se pueden generar conclusiones, tales como crear una reserva marina en una zona de la isla, establecer una veda temporal para determinado arte de pesca o que una especie no se capture por algún tipo de problema.
Actualmente ya tienen el modelo realizado y están trabajando en la obtención de resultados. A partir de octubre de 2021 tienen previstas reuniones con los participantes del proyecto para mostrarlos y proponer estrategias.
Además del modelo de datos, «estamos trabajando en un vehículo autónomo con ecosonda, que nos permitirá rastrear las zonas de pesca entre 0 y 200 metros de profundidad, para ver dónde se concentran los peces. Luego lo contrastaremos con las zonas de mayor esfuerzo pesquero y veremos el nivel de interacción, para ver qué zonas están sometidas a más presión».
El objetivo final de Moira es encontrar la mejor gestión de los recursos pesqueros, en función de la opinión de todos los participantes del proyecto.
Cuando le preguntamos por el estado de los recursos pesqueros de la isla, nos responde con cautela, aunque se permite ser optimista. «Los recursos pesqueros son de todos y tenemos que actuar en el beneficio de todos. Si seguimos por el camino que llevamos ahora, nos comeremos los peces que nos quedan en unos años. En los últimos 50 años nos hemos comido el 90% de los peces. Nos queda un 10%. Sólo nos queda una oportunidad», concluye.
Castro afirma que el sector está concienciado y que espera que la situación mejore, pero que no sea en el último minuto.