Visitar el Banco Español de Algas (BEA) es entrar en otro mundo, uno lleno de vasos, matraces y recipientes diversos llenos de algas. Y lleno de profesionales que hablan de las algas en clave de «el frío les gusta», «aquí están mejor» y otras frases que humanizan el importante estudio que llevan a cabo sobre estos organismos.
Antera Martel Quintana, curator del BEA y codirectora del mismo, es la encargada de hacer la visita guiada y esa experiencia ya constituye todo un lujo para nosotros. Nos explica con detenimiento las zonas donde están recogiendo algas para su estudio y en qué condiciones se pueden estudiar mejor. Nos presenta a su equipo y todos tienen una función clave en el proceso de sacar el máximo partido en su día a día.
«Lo interesante de estudiar cosas nuevas es que te abre un mundo nuevo de oportunidades», asegura Martel. Así se refiere a la importancia de conocer las algas de la Macaronesia y de compartir recursos con otros centros de investigación. Y gracias a este optimismo, ponemos el contrapunto al inicio de la entrevista, donde asegura que ve la costa de Gran Canaria bastante afectada. «Creo que estamos concienciándonos cada vez más de lo que ha ocurrido y sintiendo las consecuencias de lo que hemos hecho. Vamos a poder paliar el efecto sobre el mar y sobre las costas», afirma.
Para esta Doctora en Ciencias del Mar, su papel es claramente la conservación de la biodiversidad costera para que no se pierda y disponer de ella para darle un uso que mejore el bienestar de las personas. «A partir de estos organismos podemos mejorar la calidad de vida de la gente y generar una industra basada en la biotecnología de las microalgas, la biotecnología azul».